Ir al contenido principal

Entradas

Añorando a mi México Querido

 Dicen que la cultura se transmite a través de la educación... Yo crecí viendo películas de Pedro Infante, Capulina y Tintán; escuchando canciones de José Alfredo Jiménez, Armando Manzanero, Lucha Villa y otros grandes talentos mexicanos de aquella época, y más allá de eso; crecí en una familia tradicional mexicana en donde "la casa de los abuelos" era siempre el punto de encuentro para celebrar cualquier pretexto y simplemente aprender lo que significaba ser mexicano. En mi casa nunca faltó el arroz, los frijoles, las tortillas y una rica agua de sabor. Cada año giraba en torno a las celebraciones comunes en nuestra cultura: cumpleaños, navidades, posadas, día de reyes, bodas, aniversarios, quinceaños (sí, así junto...) y todos los ritos y costumbres que cada una de ellas conllevaba.  Cuando crecemos, no nos damos cuenta de todo lo que vamos asimilando del lugar que nos rodea pero así, sin querer, nos vamos convirtiendo en esos modelos que nos reflejan los adultos, nos nutri
Entradas recientes

Ten cuidado con lo que deseas...

A lo largo de la vida nos lamentamos de muchas cosas: de lo que no tenemos, de quienes no fuimos, de los lugares que no conocimos, etc. Así me pasó a mi por muchos años, hasta que la vida me fue demostrando que cada uno de los anhelos y sueños que yo en algún momento manifesté o simplemente imaginé, se han ido cumpliendo. El tema es que normalmente no se cumplen en el momento o con las personas con las que creíamos que debían suceder, sino cuando estamos listos para vivirlas.  Mayo 2019  Yo soñaba con viajar, escribir grandes historias y conocer mucha gente y gracias a esos regalos que la vida me ha hecho, lo he podido hacer. No puedo decir que conozco aún todo lo que quiero, pero al menos conozco más de lo que pensé alguna vez. Cierto es que en distintas temporadas de la vida, se nos presentan oportunidades y está en nosotros tomarlas o creer que son para nosotros o no.  Claro, que también en la vida, a medida que vas siendo consciente vas tomando mejores decisiones, aprendes a manif

Esta nueva vuelta al Sol

Con mis abuelos en casa  Tengo la fortuna de haber nacido en el último mes del año, en donde todos los ciclos parecen cerrarse y donde la mayoría de las personas están en mood de celebración. De niña disfrutaba mucho el hecho de que mi cumpleaños fuera tan cerca de la Navidad pues implicaba que recibiera regalos por partida doble y eso me hacía sentirme más especial que los demás. Recuerdo que siempre tuve fiestas y festejos de cumpleaños llenos de familia y amigos y pasteles de chocolate y por supuesto regalos. En mi cumpleaños casi siempre había un arbolito de Navidad y la gente vestía ropa abrigadora.  Si miro hacia atrás en el tiempo, me resulta en este momento difuso el recuerdo de cada uno de los 38 cumpleaños que he celebrado a la fecha pero ciertamente está el recuerdo de mi yo de la infancia o la adolescencia, contando los días para que llegara mi festejo. Me emocionaba el hecho de que hubiera un día en el año en que la gente pensara en mi, me escribiera cartas, me d

¿México para los mexicanos?

Después de la reciente celebración del Día de Muertos, me he encontrado con publicaciones de diferentes partes del mundo celebrando esta legendaria tradición mexicana. Si bien México no es el único país que celebra a sus muertos, la celebración que ha sido reconocida como Patrimonio de la Humanidad, sí es nuestra.   Al acercarse esta fecha me descubrí un poco pensativa al respecto pues al estar viviendo por primera vez en Estados Unidos, donde el Halloween es en realidad la celebración más importante cercana al Día de Muertos no sabía qué esperar así que decidí ocupar primero el lugar de expectadora. ¿A qué me refiero con esto?  Me gustó mirar cómo en los supermercados incluían un área específica para la venta de adornos y dulces de Halloween en donde la mayoría de ellos eran chocolates y dulces con "pumpkin spice" muy tradicionales acá en esta estación y en donde las brujas, los fantasmas, las arañas y los murciélagos eran los protagonistas de las envolturas y los adorn

¡Aquí vamos otra vez!

¡Cuántas oportunidades te da a tí la vida! Fue la afirmación con la que me despidió una gran maestra, mentora y amiga unas semanas antes de emprender el viaje...  y sí! Aquí estoy, desde otro rincón del mundo, después de 8 años, nuevamente fuera de mi país reinventándome y empezando otra aventura.  Por supuesto que no estoy sola en este viaje, a diferencia de la experiencia como expatriados de hace algunos años, ahora nos encontramos con una realidad distinta: la familia es más grande, la madurez es diferente y el panorama laboral es más estable. Somos una familia  reconstituida de 4 integrantes con carácter  intenso, sensibles y de rápido aprendizaje. Estas últimas dos características nos hacen ser adaptables, pero en ocasiones también nos ponen el pie.  En fin, me propuse al aceptar esta nueva aventura, no echar en saco roto todos mis aprendizajes pasados y mantener vivo este espacio que me permite tanto sanidad mental, como diversión y creatividad. Y aquí estoy,

A propósito del Día de Muertos

“Creí que tendría más tiempo mamá…” esas fueron las palabras que escuché de mi hijo hoy por la mañana. “Creí que después del 25 de noviembre de hace dos años, habría más tiempo para estar con mi papá y no.”  Esta reflexión cruda y dolorosa de un adolescente de 13 años me cala en lo más profundo de mi ser. Hoy que “celebramos” en México el Día de Muertos que se ha convertido en una tradición conocida a nivel mundial, que rompe paradigmas de muchas culturas y que hace que nos miren con admiración y gozo; hoy, que la ofrenda que pusimos en casa pasa la noche con las velas encendidas y el corazón apachurado …hoy me doy cuenta de todo el sentido que tiene la muerte y la forma en la que la transitamos. Después de haber perdido a mi padre casi de un día para el otro, sin previo aviso, sin despedida, sin verlo partir en paz… mi hijo mayor perdió al suyo seis meses después. Definitivamente la vida, sí, la vida me preparó unos meses antes para afrontar el desafío más grande al que me he

Hay un tiempo para todo...

En el amanecer soleado y caluroso de este verano anticipado en Córdoba, recibo el día de mi cumpleaños con muchas cosas en la cabeza pero sólo una en el corazón: SATISFACCIÓN  Y es que a veces se nos olvida mirarnos en el espejo y reconocer los logros que hemos tenido, lo mucho que hemos crecido y los aprendizajes que hemos obtenido de cada experiencia vivida y de cada persona que se ha cruzado en nuestro camino.  Ayer, mientras me volvía loca armando cajas para la mudanza de vuelta a México, pensaba ...¿cuántas veces más tendré que poner mi vida en cajas y llevarlas conmigo? ¿valdrá la pena cargar con tantas cosas? ¿será que lo que menos me debe de preocupar es el packing list   y la logística de la mudanza; y mejor me dedico a disfrutar de estos últimos días de sol antes de aterrizar en el invierno? Y así... recordé un capítulo de la Biblia que me quedó marcado en el alma de aquellos años en que dedicaba mi tiempo a cuestiones más espirituales y menos individualistas: